¿Vino de cereza? Existe y este es el mejor maridaje

¿Te imaginas a ti mismo catando un vino de cereza? Un vino con cuerpo, gran bouqué, toques afrutados a cereza y madera de roble… ¡Pues NOOOOOO!

Cuando hablamos de «vino de cereza» nos referimos a un vino único en el mundo. Un vino elaborado con cerezas que no sabe a cerezas ni es dulzón. Has escuchado bien, está elaborado con esas frutas rojizas de finales de mayo, principios de junio. Además no tiene ni tan sólo una uva en su elaboración.

¿Ah, entonces me estáis hablando de un licor de cereza? Nop, tampoco. Los licores de cereza son de alta graduación, muy dulces y azucarados. Para este tipo de licores no dejes de probar los alemanes, son los que más experiencia desempeñan en ello.

Aquí hablamos de otra cosa…

El invento español que pasó desapercibido

Desde un pueblecito de Barcelona, en Torrelles de Llobregat con unas montañas llenas de cerezos un joven emprendedor se propuso hacer historia.

Cada año con los excedentes de cereza del negocio familiar se preguntaba que hacer con ellas. ¿Hacer mermeladas? Lo intentó pero el proceso era arduo y tedioso.

Y entonces fue cuando se le encendió la bombilla. En la masía familiar en la entrada a la bodega todavía había una prensa. Aunque ahora en la comarca del Baix Llobregat el cultivo principal son las cerezas, hará unos 100 años todos esos bancales estaban llenos de viñas hasta que llegó la filoxera e hizo auténticos estragos.

Y es así como Josep Maria Badell decidió unir el mundo vitícola con esas frutillas rojas. Se puso a hacer pruebas y más pruebas hasta que dio con la solución. Macerando las cerezas al sol durante mes y medio durante los meses de más calor. Luego realizando el proceso de fermentación en barrica y por último aislando la cereza. Es decir, debe pasar el tiempo suficiente para que los azúcares vayan transformándose en alcoholes para conseguir la graduación requerida.

Y por fin en el año 2016 su esfuerzo dio sus frutos y consiguió la primera remesa de este inesperado vino. Tiene claro que desde España han hecho historia al elaborar el primer vino en todo el mundo con estas características. Y lo sacan al mercado con el nombre comercial Sirot.

Rápidamente el sector vinícola y los restaurantes con más renombre se interesaron por este vino formando parte de las catas más selectas y de las cartas más exclusivas de la gastronomía peninsular.

En su masía Can Pi las catas de vino en una carpa que han montado en medio de los cerezos son un auténtico espectáculo para los 5 sentidos.

La cata de los entendidos

Siempre que han puesto a prueba a los catadores de vino, ninguno ha sido capaz de dar con la respuesta correcta. También es normal, es un vino único en su categoría y que encima no presenta toques acerezados en boca, ni dulzor ni sabores afrutados.

Según los someliers sometidos a catas a ciega es un vino aromático con toques de vainilla. Un vino seco, con cuerpo porque ha estado curado en barricas de robles y que nadie puede imaginarse que no esté elaborado sin uvas.

De hecho, lo que más tiempo les llevaba a los catadores es encontrar qué variedad o variedades de uva están presentes, ¿Cabernet, Merlot, Garnacha? Pues ninguna de ellas, tan sólo cereza.

¿Cómo maridar el vino de cereza?

Al tratarse de un vino seco es muy agradecido en maridaje. Nosotros tuvimos la suerte de visitar su masía, sus bodegas y realizar un maridaje con su vino Sirot.

Un vino que según los entendidos marida con todo, tanto mariscos, pescados, quesos o carnes. Y aquí es dónde nos planteamos: ¿realmente marida con todo? ¿o es que son unos sabores y un poder fenólico desconocido para vosotros y tenéis miedo a equivocaros?

Quien seguramente más ha dado en el clavo con el maridaje ha sido Josep Roca. Josep, es uno de los hermanos Roca. Pese a tener una de las cavas más sibaritas de España, se denomina a si mismo como camarero de vinos. Y con ese título de modestia es desde dónde realiza la cata más acertada del Sirot.

Para el Sr. Roca es un vino que marida a la perfección con el chocolate. Es aquí dónde dos genios -y los dos, qué casualidad, se llaman Josep- unen su talento para fusionar a la perfección las cualidades tanto del vino como del cacao.

Así que ya sabes, aunque es un vino que puedes tomar con casi cualquier plato sin desentonar, haz caso a los expertos y date el gustazo de sacarlo con los amigos y familiares a la hora del postre.

Un vino para coleccionistas

Es entonces cuando llegamos al presente. Un final de historia triste… ¿o no? Tú decides. Y es que tras unos pocos años Can Pí ahogado por las deudas y por la imposibilidad de crecer decide cerrar sus puertas.

No sólo cierran al público sus experiencias de maridaje y catas sino que también paran la producción y elaboración de sus vinos.

Y es ahí dónde un coleccionista avispado podría entrar en acción. Resulta que quedan muy pocas botellas de este vino.

Un vino único en el mundo con unas tiradas reducidas. Un resultado que difícilmente sea replicable en cualquier otra bodega.

Por tanto, no sería mala idea comprar alguna botella, unas botellas que a día de hoy su precio ronda los 30 €.

Nosotros en casa tenemos una caja, pero con un par botellas ya haces una buena adquisición. Una para catar este original vino y la otra para guardarla en tu bodega.

Un vino que seguro que con los años se irá revalorizando y conforme menos botellas vayan quedando más alto será su precio. Probablemente, en una década no será nada extraño ver su precio rondar los 1.000 euros.

Creo que de las 6 botellas que nos quedan… va a quedar una menos. Hoy cae para la cena.

COMPARTE EN:

Puede que también te guste...